Dotado de
natural sencillez y humildad, lo recordamos en su taller de la calle Olavarría
entre Olazábal y Lavalle. Allí la práctica artesanal de la talla realizada con
elementos cortantes sobre materiales varios. Maderas blandas como la palmera o
duras como el ñandubay, mezclas de tiza y cola o cerámica cocida fueron
elementos útiles a su artesanía que no es otra cosa que el umbral a esa
disciplina mayor que es el arte. Cabezas de gauchos, criollos, indios, chinos,
fueron recreados en sus manos.
Dice de él L.
Estarico: “En su madurez el afán de creación que siempre prevaleció en él pero
al que la modestia del autor amenazaba con asfixiar, terminó por aflorar y dar
a su producción un tinte especial de originalidad”.
Refiriéndose
a Vendrell nos cuenta el escritor y poeta Elías Carpena: “El artista, el fino
artífice, el acaudalado tallador en motivos, descuelga la talla de mi emoción y
me la obsequia. Siento el placer del regalo, me turba y me exalta tanto
desprendimiento. Pienso que un artista tiene que ser cantado por un poeta y
allí, al irme, le dejo una décima en su homenaje, creada al instante y a lo
payador:
Al artista
del oeste Don Juan Vendrell
En su
Ituzaingó y en calma
Este
diestro tallador
Con su
inspiración mejor
Y poniendo
toda el alma
En la rama
de una palma
En
magistral creación
De la
imagen de un varón
De un
criollo de nuestra tierra
En cuyo
símbolo encierra
De
profesión industrial en la fabricación de espejos había nacido en el año 1901 y
fallece en Ituzaingó en 1983.
Alberto Guercio
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